En sus primeros años de vida, comprendidos entre el nacimiento y la primera infancia, los niños aprenden a través de sus cinco sentidos, de los estímulos que reciben a través de ellos. De los cinco, quizás el más importante sea el sentido del tacto, por ser el que más información le confiere al niño.
A través de los sentidos se permite la entrada de información del entorno en el sistema nervioso, creando percepciones e, incluso, sensaciones, así se desarrollarán las funciones cognitivas básicas.
El aprendizaje a través de la exploración sensorial es algo natural. El tacto es un sentido que utilizamos para interactuar, interpretar y comprender el mundo que nos rodea, ¡y es la clara razón por la que los bebés siempre quieren tener algo en las manos! La experimentación con diversas formas y texturas expone a los niños al mundo, les permite comprender qué y cómo son los objetos, qué tacto y temperatura tienen, entre otros aspectos.
La importancia del juego sensorial
El juego sensorial incluye cualquier actividad que estimule los sentidos del tacto, olfato, vista, gusto y oído, así como cualquier actividad que involucre el movimiento y el equilibrio.
En el caso del tacto, existen muchísimos elementos y materiales que podemos utilizar para dicha estimulación, como papel, madera, metal, tierra, agua, plumas, cuerdas…
En Escuela Infantil Madiba realizamos numerosas actividades relacionadas con la tierra como parte del proyecto “Aire, Tierra y Agua”. En ellas los niños utilizan diferentes elementos que provienen de la Tierra: las plantas y los vegetales. Los pequeños manipulan la tierra, plantan semillas y experimentan con diferentes frutas y verduras.
Te damos tres relevantes motivos por los que aprender a través del tacto y las texturas puede ser interesante y muy positivo en el desarrollo global de bebés e infantes:
Se expone a los niños al mundo que los rodea.
Pueden aprender infinidad de matices sobre cómo son las cosas y las sienten en su piel; son pegajosas, sedosas, espinosas, esponjosas, ásperas… Y aunque no puedan comunicarlo verbalmente, serán capaces de experimentar y comunicar si les gusta o disgusta lo que sienten.
Ayuda con la adquisición del lenguaje.
Los niños irán desarrollando poco a poco su lenguaje verbal. Para ello, los padres pueden utilizar el tacto junto con el lenguaje para ayudarles a desarrollarlo y ampliar su vocabulario para describir el mundo que los rodea. Por ejemplo, en la hora del baño, los padres pueden ir describiendo los elementos que utilizan, indicar que el líquido es el agua y poner nombre a las sensaciones que van experimentando.
Ayuda a desarrollar las habilidades motoras.
Agarrar, sostener, apretar, empujar, verter, apilar… todas estas acciones que se realizan al tener contacto con las texturas, ayudan a los niños a fortalecer los músculos del cuerpo, además de que les ayudará a desarrollar una coordinación mano-ojo más fuerte.
Como has visto, los bebés dependen, en gran medida, de su sentido del tacto para comprender y descubrir el mundo. Con nuestras actividades sensoriales enmarcadas en nuestro proyecto “Aire, Tierra y Agua”, conseguimos que nuestros alumnos disfruten muchísimo, se lo pasen genial y aprendan de la forma más educativa.
En Escuela Infantil Madiba, trabajamos en interesantes proyectos para potenciar todos sus sentidos, ¡puedes ver una pequeña prueba de ello en nuestro Facebook e Instagram! Si te interesa saber más sobre ellos ¡ponte en contacto con nosotros!