la psicomotrocidad emocional en niños

La psicomotricidad relacional en los niños, ¿en qué consiste?

Este mes queremos trabajar un tema muy importante para el desarrollo y aprendizaje de nuestros pequeños, ya que nuestras educadoras han realizado formaciones sobre esta práctica tan importante dentro de la psicomotricidad, la psicomotricidad relacional.  Un proceso que, sin duda, ayudará a trabajar el desarrollo motor de los niños, aunque también el efecto con las personas y con el entorno. 

 

¿Qué es la psicomotrocidad relacional?

 

La psicomotricidad relacional surgió hace más de dos décadas de la mano de Andre Lapierre y seguida por su hija Anne Lapierre. A través del libro Fundamentos de intervención en Psicomotricidad Relacional en el que participaron personajes como A. Lapierre, Miguel Llorca y Josefina Sánchez, se desmarca dicha práctica como una psicomotricidad basada en el movimiento libre y espontáneo, en el que el educador/psicomotricista debe observar qué nos está expresando el cuerpo del pequeño, a través de los movimientos, del contacto con los materiales y la relación entre los compañeros. 

Esta práctica toca tres tipos de técnicas fundamentales: la terapéutica, la reeducativa y la estimulante/preventiva.  ¿Por qué estas tres intervenciones? Por un lado, porque es una práctica muy importante para ayudar a aquellos niños que experimentan dificultades y, por ello, requieren atenciones especiales; porque dicha intervención reeduca a aquellos que presentan una dificultad tanto en el movimiento, como en lo emocional, social e intelectual; y educativa, puesto que estimulará el desarrollo, tal y como hemos comentado al principio, cognitivo, motor, social y afectivo.

Y todo esto se trabaja a través de un método basado en la diversión y el entretenimiento, cuyo hilo conductor es ni más ni menos que el juego. Un juego libre, creativo, que invita al pequeño a explorar y aprender por sí solo con unas normas mínimas y necesarias: no sufrir daños físicos ni materiales. 

En conclusión, a través del juego encontramos un lenguaje universal con el que podemos observar los deseos, las necesidades, las dificultades o los miedos del niño, entre otras emociones. 

Sin duda, conocer más sobre esta práctica nos ayuda a introducir la psicomotricidad relacional como ¡una eficaz herramienta para el desarrollo físico y psicológico de nuestros alumnos!

 

Jugar es la expresión máxima del subconsciente – Anne Lapierre