Uno de nuestros objetivos que tenemos, como escuela infantil simpatizante del método Montessori, es el aprendizaje de los niños sobre la vida cuotidiana a través del juego simbólico. Si aún no conoces en qué consiste, en este artículo te hablaremos un poco más de este.
A través de un juego que se basa en imitaciones de la vida real, el pequeño llega a aprender dichas situaciones cuotidianas y a ponerse en la piel de las otras personas. Es decir, mediante este juego, el niño constantemente difumina lo real con lo imaginario, ya que representa, de manera simbólica, las acciones, actitudes y roles de lo que le rodean, ya sea la profesión de un médico/a, de un cocinero/o o de un bombero/a como el simple hecho de darle de comer a un muñeco como lo hace su familia con él/ella.
Así pues, el peque jugará haciéndose pasar por alguien e irá estimulando y trabajando su desarrollo cognitivo y también emocional. Y es que este juego es uno de los más entretenidos para los niños, sobre todo para los más mayores, que les encanta hacerse pasar por otra persona (un padre o una madre, un trabajador, una bailarina o cantante, etc.). Sea quien sea, su objetivo es recrear un perfecto escenario donde él o ella sean los protagonistas.
Por lo general, este juego se introduce en el currículum educativo a partir de los dos años, cuando ya normalmente los niños son capaces de poder crear en su imaginación una historia y representarla. Al principio este juego acaba siendo una mera imitación de la vida cotidiana de los adultos que le rodean, aunque a medida que van adquiriendo más el lenguaje y van desarrollando su imaginación, aparece la creación de escenarios más complejos.
Beneficios del juego simbólico
A través de este juego se estimulan y se desarrollan un sinfín de aspectos. Por ejemplo, uno de ellos, la psicomotricidad. Así pues, se trabaja el desarrollo de funciones a nivel físico, aunque también, emocionales y efectivos.
Claramente, con este método educativo fomentamos en Escuela Infantil Madiba la creatividad y estimulamos la imaginación del pequeño. Así como trabajamos valores tan importantes como la empatía, el trabajo en equipo, la tolerancia.
Este juego es, sin duda, una herramienta de expresión donde el niño/a puede manifestar cualquier tipo de sentimientos y emociones, desde la alegría, pasando por la tristeza hasta incluso expresar miedo o rabia.
Obviamente, el pequeño/a adquiere unos grandes conocimientos sobre su mundo, el entorno que les rodea y su funcionamiento. Así pues, creemos que no hay mejor juego que este para poder trabajar todos estos conceptos de una manera dinámica, entretenida y divertida para el alumno.
El juego simbólico para nosotros es un efectivo instrumento para invitar al pequeño a aprender por sí solo aquellos roles que le envuelven y que comparten su vida.
« Llos aprendizajes más importantes de la vida se hacen jugando» – Francesco Tonucci