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El poder del tacto: cómo el afecto físico de padres a hijos favorece la seguridad emocional de los niños

En las últimas décadas se ha investigado mucho sobre la importancia que tiene el afecto físico para el desarrollo físico y emocional de los bebés y niños. Existen estudios que apoyan la teoría de que los niños pequeños necesitan contacto y caricias para crecer y desarrollarse de forma saludable.

La seguridad emocional tiene un poderoso impacto en el bienestar social y psicológico de los niños. Este concepto indica que todos tenemos una necesidad innata de seguridad que está conectada a nuestros seres queridos y que, cuando nos sentimos emocionalmente inseguros, nuestro sistema nervioso entra en un estado de defensa.

En pocas palabras, la ausencia de seguridad emocional puede llevar a un desequilibrio neurológico y a comportamientos sociales, emocionales y de comunicación inapropiados. El tacto por parte de los padres ayuda a los niños a sentirse seguros. El afecto físico tiene un efecto en la química del cerebro que conduce a un comportamiento positivo.

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Cómo fomentar los lazos emocionales entre padres e hijos

Desde Madiba, Escuela Infantil, hemos recogido cinco cosas que podéis hacer para promover la seguridad emocional de vuestros hijos a través del tacto:

Sé proactivo. Los padres no deben esperar a que los niños se acerquen a ellos para recibir sus abrazos, besos y cariño. Ser cariñoso físicamente con niños de todas las edades ayuda a mantener la conexión emocional que comparten con sus padres. Si el vínculo se mantiene fuerte, el comportamiento desafiante disminuye y es necesaria menos disciplina.
Acurrúcate con él. A medida que los niños crecen y son más independientes, las oportunidades para acurrucarse disminuyen, por lo que será importante que los padres hagan un esfuerzo adicional para encontrar formas de conectar físicamente con ellos. Leerle o, incluso, ver una película es una forma maravillosa de acercarse.
La base táctil. Esta empieza de forma natural cuando los niños son muy pequeños. De forma instintiva exploran el mundo lejos de papá y mamá, pero siempre vuelven a la seguridad de sus brazos para reconectarse físicamente.
Usa el tacto como estrategia reactiva. Tocar calma y refuerza el vínculo emocional entre padres e hijos. Cuando los niños están en contacto con un padre tranquilo, el equilibrio químico dentro de sus cerebros se reestablece.
Abrazo. Cuando un niño está teniendo un ataque de gritos y nervios, un abrazo puede no ser lo primero que viene a la mente de los padres, pero dárselo durante este momento de caos emocional ayuda a restaurar el equilibrio químico en su cerebro, calmándolo.

En Madiba, Escuela Infantil, damos mucha importancia al afecto y cariño que reciben nuestros alumnos tanto por parte de sus progenitores como por nuestra parte. Ellos son parte de nuestra propia familia y los acogemos y cuidamos cada día garantizando a sus padres su bienestar.

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